Qué es un arquitecto técnico

Los profesionales de la Arquitectura Técnica son los profesionales expertos en edificación. Desde la concepción del edificio hasta la demolición, conocen todo el proceso edificatorio, lo que les permite coordinar sus fases y aplicar, de manera independiente, los controles que garanticen su calidad, seguridad y sostenibilidad. Este conocimiento integral del ciclo de vida del edificio es su seña de identidad diferenciadora.

La realización de obras, incluso las más pequeñas, conlleva un sinfín de previsiones a fijar, problemas a resolver y decisiones de todo tipo que tomar, de las que dependerá en definitiva el éxito de las mismas. Contar con un/a Arquitecto/a Técnico/a en la obra es garantía de tranquilidad.

Está cualificado para informar, asesorar y solucionar cualquier tema relacionado con la edificación, su construcción, mantenimiento y rehabilitación. Un técnico de confianza, cercano al ciudadano, que interviene en todas las etapas del proceso constructivo, y que vela por la calidad, la economía, la sostenibilidad y eficiencia energética, la seguridad y la prevención de accidentes de trabajo en las obras.

Por las características de su formación universitaria de Grado, técnica y generalista, los Arquitectos Técnicos poseen un perfil profesional versátil y multidisciplinar, lo que les permite adaptarse a las cambiantes necesidades del mercado en el sector de la construcción.

Realiza también otras funciones, tales como las peritaciones y valoraciones inmobiliarias, especialmente en el mercado hipotecario; el levantamiento de planos de solares y edificios; la elaboración de informes sobre el estado de conservación y uso de edificios construidos; y las peritaciones judiciales, entre otras, que suponen un espectro también importante de actividad.

Su actividad, como redactor de proyectos, es especialmente importante en el ámbito de las obras de rehabilitación, reparación y consolidación de edificios construidos y en las de adaptación y decoración de locales comerciales, lo que generalmente lleva consigo la dirección de las obras contenidas en estos proyectos.

Es muy habitual el desarrollo de otros cometidos, como el asesoramiento en la contratación, la gestión ante las administraciones públicas de autorizaciones y licencias o el seguimiento del cumplimiento del contrato de obras.

También es frecuente encontrar aparejadores ejerciendo como jefes de obra en empresas constructoras, como Project managers, como «técnicos de cabecera» para comunidades de propietarios, gestionando el mantenimiento y la conservación de edificios, adecuando locales comerciales, o desarrollando funciones como técnicos urbanísticos en distintas Administraciones, entre otros.

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